Hans Ovando colabora con Vandemoortele

Hans Alexis Ovando dejó Chile a los 20 años para venir a España. Quería aprender alta gastronomía con los mejores chefs, pero descubrió una nueva pasión: la repostería. Se formó en Hofmann, Espaisucre, Solé Graells y con Albert Adrià, durante su estancia en El Bulli.
Hoy puede afirmarse que este joven chef pastelero ha protagonizado una carrera meteórica en el sector, mostrando unas grandes dotes en muy variados campos, tanto de la pastelería como del chocolate.
Ganador del Trofeo Lluís Santapau en 2008 y del Spanish Chocolate Master en 2013, y tras dirigir el obrador de Carles Mampel en Bubó (Barcelona) y ejercer como docente en las escuelas de Solé Graells y Maria Selyanina, hoy presta servicios de formación por libre y asesoría en todo el mundo.
Actualmente colabora con Vandemoortele y, junto con Tomás Calderón, han elaborado unas deliciosas recetas con nuestra melange St. Allery Premium.

Vandemoortele: ¿Ante todo, queremos preguntarte por tu experiencia con Vandemoortele. ¿En qué consiste tu trabajo?
Hans Ovando: Estoy contento e ilusionado de colaborar con una gran empresa como Vandemoortele, que se diferencia por la calidad de sus productos y su afán de superarse día a día. Mi trabajo consiste en dar un apoyo adicional, con recetas originales y creativas, para comunicar la pasión por nuestro oficio. Además, formamos un buen tándem con Tomás Calderón.

VDM.: ¿Qué importancia das al acabado de las piezas? ¿Es fundamental o lo importante es la calidad del producto?
H.O.: Comemos básicamente con la vista y es importante que exista un detalle, un cuidado y una elegancia en las piezas que acabamos. Transmitir sobre todo sentimiento.

VDM.: ¿Conocías nuestros productos? ¿Qué es lo que más te gusta de ellos?
H.O.: Sí, Vandemoortele está en el mercado desde hace años. Y siempre elijo margarinas con bajo punto de fusión en boca.

VDM.: Tú querías ser cocinero. ¿Qué te hizo descubrir que ibas a ser chef, pero pastelero?
H.O.: La pastelería ha estado presente en mi familia desde pequeño. Mi abuela Margarita hacía pan desde que tengo uso de razón y mi abuela Betzabé, por parte de mi madre, siempre tenía un pie dulce o salado a la hora del té. ¡A ellas les debo el que yo sea pastelero!

VDM.: ¿Cómo ves la pastelería actual? ¿Y cómo crees que evolucionará en el futuro?
H.O.: Creo que hay ganas, muchas ganas, pero muchos caemos en el error de mirar demasiado a ver qué hace el otro. Yo también lo hice de joven, pero creo que hay que mirar adelante y tirar todos en la misma dirección. A nivel de escuelas se está haciendo, así que creo que va a mejor… ¡Siempre positivo!

VDM.: Si un profesional te pidiera consejo para mejorar su negocio, ¿qué le dirías?
H.O.: Tengo una filosofía: buscar siempre la viabilidad de la producción.
Tener claro quiénes somos, dónde estamos, adónde queremos llegar… Y sobre todo, no olvidar nunca cuál es nuestro norte.

VDM.: Eres muy activo en las redes sociales. ¿Qué papel crees que juega Internet en la pastelería actual?
H.O.: Es evolución… Y compartir conocimientos a través de una simple foto y un comentario. También ayuda a transmitir energía a la gente que comienza en pastelería porque, en definitiva, un día fuimos como ellos: “aprendices”.

VDM.: Por último, ¿tienes algún proyecto de futuro? ¿Cómo te imaginas a diez años vista?
H.O.: Me levanto cada día pensando que no he hecho nada, que aún está todo por hacer… ¡y con ganas de hacerlo todo! Como mínimo, espero seguir con la misma energía y pasión por lo que hago. ¡Pero no creo que pueda!